Tag

fábula andalusí

Browsing

Decimosexto día de confinamiento bajo el Teide (nevado). La nieve de las cimas, todavía recortándose contra el violento azul del cielo atlántico, me sugiere esta exquisita fábula de un capricho con bello y feliz…

La Guancha. Domingo, 29 de marzo de 2020
Música recomendada: 25 faroles (El Lebrijano)

Se cuenta que Abd al-Rahman Al-Nasir cayó enamorado en Granada de la bella Azahara, y que se la llevó con él, convirtiéndola en su favorita, a Córdoba, a Sierra Morena.

Para demostrarle el amor que sentía por ella, ordenó la construcción de una ciudad palatina, Medina Azahara (en honor a su nombre), y para ello contrató a los mejores arquitectos y artesanos, compró los materiales más preciados, maderas, mármoles, azulejos; mandó construir hermosos jardines con flores y plantas traídas desde todos los rincones del mundo, los pobló con hermosos pájaros y mandó que en ellos creciesen árboles de exóticos frutos. Telas y muebles, comprados a los mercaderes más prestigiosos adornaban las estancias de la favorita Azahara, todo lo hizo el califa por su amor.

Nada de esto, sin embargo, parecía contentar a bella dama Azahara, que día tras día, Abderramán veía llorando en la Medina.
Le preguntó el motivo de su tristeza y qué debía hacer para contentarla. Azahara le respondió que a su tristeza El Califa no podría ponerle remedio, pues lloraba por no poder contemplar la nieve de Sierra Nevada. Él le respondió: “Yo haré que nieve para ti en Córdoba”

Inmediatamente mandó talar un bosque situado frente a La Medina y replantarlo de almendros muy juntos unos de otros y cada primavera, cuando los almendros abrían su flor blanca, la nieve aparecía en Córdoba sólo para su amada Azahara, que no volvió a llorar nunca más.