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Ni un solo rumor que delate los motores. Ni un solo balanceo que sugiera que estamos en el mar. No. El nuevo Costa Toscana (Costa Cruceros) es, sin eufemismos, un verdadero hotel de lujo flotante. Sumemos a ello que es un buque sostenible y energéticamente smart (está propulsado por gas licuado, el agua se obtiene de desalinizadoras propias, se recicla el 100% de los residuos), sus muchos restaurantes, bares, terrazas, coctelerías y cafeterías, además de la parte de shows y música en vivo, y estaremos ante una de las opciones más cómodas y lúdicas para pasearse elegantemente por el Mediterráneo. Dejo para el final de este párrafo, sin embargo, lo más distintivo, lo definitivo para que el Costa Toscana sea un crucero único: en uno de sus restaurantes, el Archipiélago, se puede disfrutar de tres menús a tope gourmet diseñados, respectivamente, por Ángel León, Hélène Darroze y Bruno Barbieri. Muchas estrellas juntas… Las cuatro de Ángel, las cinco de Hélène y las siete de Bruno.

Música recomendada: Pirate Jenny (Nick Cave & Warren Ellis & Shilpa Ray)

La experiencia Costa Toscana -que queda patente por la variedad, en edad y nacionalidad, de cruceristas que alberga- se basa en gran medida en la gastronomía, que va desde lo más casual a lo más creativo. En este diseño “preferente” subyace la apuesta de Costa Cruceros por lo culinario, lo que los ha llevado a buscar soluciones diferentes, imaginativas y totalmente novedosas: si bien la cocina es central, cada espacio gastronómico (y de cócteles, cafés, etc.) lo opera una reconocida marca del sector, desde hosteleros a productores. Esto representa un gran diferencial de calidad y personalidad en comparación con otras compañías. Y todavía han ido más allá en su envite, porque, entre otras cosas, la mozzarella de búfala, la fior di latte, la burrata y la masa madre se elaboran en el mismo buque.

Arroz de plancton. Ángel León. Costa Toscana. Costa Cruceros.
Arroz de plancton. Ángel León. Costa Toscana. Costa Cruceros.

En el top de la gran oferta gastronómica del navío, como ya he apuntado, el restaurante Archipiélago, que permite probar cada día uno de los menús “estrella”. Yo probé los tres por supuesto, todos ellos pensados a partir de distintas ciudades localizadas en la ruta del barco. Ángel empieza en Cádiz, claro, con un rollo de plancton y sobrasada marina; sigue en Lecce (Italia) con una royal de erizo; se va a Marsella con las clásicas patatas con calamar; pensando en Madeira presenta su famoso arroz de plancton; y remata en Oporto con una quenelle de helado con leche con galletas.
Hélène Darroze, por su parte, propone un volován de carabineros (Pantelleria); un tartare de atún con jengibre (Granada), una pechuga de pato con especias del sultán (Casablanca); un bacalao confitado con aceite de ajo (Torino); y un babà empapado en Armagnac (Toulon).
Por fin, Bruno Barbieri empieza en Barcelona con sus buñuelos de vieira con calabacín en escabeche; Bolonia y la gramigna con berenjenas y salchicha; Tropea y la ensalada de bogavante con manzana kanzi; el Alghero y las chuletas de cordero con trufa negra; y Lyon y la tarta de leche caramelizada.
“El nave va…”

Terraza Inffinity. Costa Toscana. Costa Cruceros.
Terraza Inffinity. Costa Toscana. Costa Cruceros.

Pero hay muchas otras propuestas para hacer de cada día (o noche) de navegación una fiesta. El bar de popa (Inffiinity) es sin duda uno de mis favoritos. Con jacuzzi y terraza, es el lugar caliente para la partida hacia la siguiente ciudad, coincidiendo siempre con el atardecer frente a Nápoles, o Marsella, Civittavechia, o Génova, o Cagliari, o la Costiera Amalfitana… Esos negroni morosos…

La pizzería Pumid’Oro es otro de los restaurantes obligados: aquí las pizzas son de masa madre la mozzarella se elabora en las propias cocinas del bajel. Conviene probar, aparte la monumental mozzarella, las diferentes pizzas gourmet, como la de guanciale o la de pera, gorgonzola y nueces. El servicio, como en todos los puntos de hostelería, es amable y rápido.

El bar-restaurante Heineken es hot spot para las carnes… Y para una banda de rock en vivo cuyo guitarrista es un verdadero virtuoso del rock and roll y el blues (atención a sus versiones de Gary Moore). Molan aquí la hamburguesa (¡rosada sin decir nada!) de la mítica vaca chianina (200 g) con bacon, pecorino, trufa y cebolla caramelizada en Chianti. Sobresaliente. También el steak tartare, el reputada “Fiorentina steak” de chianina, el angus de Australia, el T-bone, el black angus… Alta calidad, muy buenas cocciones y los riffs de la eléctrica alegrando la fiesta.

Costa Toscana. Costa Cruceros.
Costa Toscana. Costa Cruceros.

Hay muchos más restaurantes, por descontado. El Olivetto, con cocina italiana, el Sushino (su nombre es autoexplicativo), el Teppanyaki (adecuado para hacer unas risas), el de pokes, el de healthy Food, el de Street Food, los más generalistas… Un “menú” inacabable para un crucero de una semana. Por no hablar, que a mí me interesa menos, de todo el arsenal de shows, conciertos, todo tipo de espectáculos que llenan la parte central del buque, piscinas, spas, solariums, gyms, tiendas, parque acuático…
No debo olvidar los camarotes, con vistas al gran azul, con su terraza, servicio impecable de desayuno en la cama y con el Mediterráneo explotando fuera.

Yo nunca he sido mucho de cruceros (aunque me he enrolado en varios hace años), pero hay que decir que este Costa Toscana no sólo permite sin casi notarlo hacerse un recorrido de lujo por el Mediterráneo, sino que, con su diversificada (y personalizada) oferta, faculta a cada viajero para crear un diseño personal de su vida a bordo.

Y luego están los tips en las diversas ciudades a visitar. Los míos: Luigi Pomata, en Cagliari (espectacular menú vanguardista de atún rojo a pocos metros del puerto); Antica Trattoria de Carmine, en Nápoles; Trattoria Rosmarino*, en Génova; o la imbatible bullabesa de Chez Fonfon, en Marsella.
Ya te digo.

La empresa italiana de cruceros ha renovado toda su gama de propuestas, centrándose en la exploración de destinos deforma sostenible. Y hay interesantes novedades culinarias gracias a la colaboración con los chefs
Bruno Barbieri, Hélène Darroze y Ángel León, y nuevos recorridos.

Costa Cruceros presenta una serie de novedades para sus vacaciones, remodelando por completo la oferta de la compañía italiana.
El nuevo concepto de Costa se basa en permitir a los huéspedes explorar los destinos a través de experiencias
únicas, tanto a bordo como en tierra. Para construir estas experiencias, la compañía se ha centrado en tres
áreas clave -cocina, excursiones, sostenibilidad- con una nueva identidad visual para comunicarlas, en línea
con los principios de su «Manifiesto para un turismo de valor, sostenible e inclusivo», el decálogo que recoge
el compromiso de la compañía para crecer junto a las comunidades locales.
«Ahora que nuestros barcos vuelven a navegar, hemos decidido renovar completamente nuestra gama. Las
innovaciones son tan significativas que podemos hablar de una forma totalmente nueva de viajar con Costa.
Queremos que todos los que viajen con nosotros disfruten de experiencias únicas y enriquecedoras,
descubriendo los destinos de la forma más auténtica, perspicaz y sostenible posible» – ha comentado Mario
Zanetti, Presidente de Costa Cruceros. «Desde hace más de 70 años, Costa es sinónimo de viaje en crucero. En
este momento tan importante para la recuperación del turismo, hemos querido reescribir el futuro de los
cruceros de una manera más responsable y atenta a las personas y al planeta, con el objetivo de reconducir el
sector al crecimiento constante que tuvo antes de 2020».

Costa Smeralda.
Costa Smeralda.

Alta gastronomía en alta mar
En cuanto a la cocina, Costa ha recurrido a la experiencia de tres de los mejores chefs del mundo: Bruno
Barbieri, Hélène Darroze y Ángel León. El excepcional trío de chefs con estrella ha explorado auténticas recetas
locales de los destinos que visitan los barcos de Costa, reelaborándolas con su propio saber hacer. Para que
los huéspedes disfruten al máximo de su viaje culinario, permitiéndoles descubrir los destinos a bordo incluso
antes de llegar a ellos, Costa Cruceros ha creado dos importantes novedades: el restaurante Archipiélago y los
Platos de Destino.
Los Platos de Destino son recetas individuales diseñadas por los tres chefs, que interpretan las tradiciones y
los sabores de los lugares que los huéspedes visitarán al día siguiente. Están disponibles en los principales
restaurantes de todos los barcos de Costa, incluidos en el precio del crucero.

El nuevo restaurante Archipiélago, disponible en el Costa Smeralda y próximamente en otros barcos de la flota, ofrece a los huéspedes una experiencia culinaria realmente única con tres menús a elegir, uno de cada chef

El nuevo restaurante Archipiélago, disponible en el Costa Smeralda y próximamente en otros barcos de la flota,
ofrece a los huéspedes una experiencia culinaria realmente única con tres menús a elegir, uno de cada chef.
Los menús ofrecen 5 exquisitos platos creados para explorar cada parte de la ruta marítima a través de su
cocina. Tanto el concepto como el diseño del restaurante son igualmente innovadores. Archipiélago cuenta
con mesas «isla» para una experiencia más íntima, enmarcadas por una escultura de cobre que encierra piezas
únicas de madera a la deriva, instalaciones realizadas con madera recuperada de la costa. Se hace especial
hincapié en el tema de la sostenibilidad. Los menús de los chefs, al igual que los platos de destino, se han
diseñado prestando la máxima atención a los ingredientes -la mayoría de ellos procedentes de productores
locales- y a la forma de prepararlos, con el fin de evitar el desperdicio de alimentos. Pero eso no es todo. La
madera a la deriva que decora las islas fue rescatada en el marco de «Guardianes de la Costa», el programa de
educación ambiental para la protección del litoral italiano que dirige la Fundación Costa Crociere. Por cada
cena en el Archipiélago, Costa donará una parte de los ingresos a la Fundación Costa Crociere para apoyar
proyectos medioambientales y sociales.